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miércoles, 15 de junio de 2016

El Morona, cuenta pendiente del Estado y Petroperú

A simple vista no se nota el derrame. Mirando la superficie del rio todo parece normal. Pero la gente ya no puede tomar el agua, ni bañarse, ni pescar. De las orillas han desaparecido los cultivos de yuca y plátano que antes abundaban. Esta es la situación en la cuenca del rio Morona a 4 meses del derrame de petróleo.

El hecho se produjo el 3 de febrero en el territorio de la Comunidad Wampis de Mayuriaga, distrito de Morona, provincia del Datem del Marañon. Mil barriles de petróleo se han derramado en las quebradas Cashacaño y Mayuriaga, tributarias del Rio Morona, el cual también ha sido seriamente afectado.La causa ha sido una falla en el kilómetro 206 del ramal norte del Oleoducto Norperuano.

A finales del mes de mayo algunos representantes de Caritas Yurimaguas, acompañados por la abogada Idelia Calderón Ramos del Área Legal de la Pastoral de Tierra se han acercado a las comunidades afectadas en la cuenca del Morona para entregar algunos víveres de primera necesidad. Durante esta visita el equipo ha podido conversar con la gente para conocer y evaluar la situación actual, a unos meses del derrame. Se pudo notar como los pobladores de las comunidades están divorciados de sus autoridades y de los representantes de las federaciones indígenas, los cuales están llevando adelante acuerdos y contrataciones con Petroperú para “arreglar” el problema.

Los pobladores contratados por la empresa para limpiar el área contaminada reciben por día 150.00 soles, que a primera vista cualquiera felicitaría al contratista por tanta generosidad. Pero cabe preguntarse: ¿Está protegida la salud de estos trabajadores y por cuánto tiempo? ¿En cuánto tiempo se van a recuperar los suelos y las aguas que eran fuente de sustento diario de los contratados y de los pobladores de la zona afectada?

Una población acostumbrada a vivir con escaso dinero y más dependiente de lo que le da el bosque, el río y la pequeña parcela, resulta que ahora tiene en promedio 4500.00 soles mensuales  que los fascina. Y, hasta alguno agradece que gracias al derrame tiene trabajo.

Sin embargo, la realidad interpela porque no hay nada para comprar. El pescado está contaminado y no se puede consumir. Los cultivos están contaminados y sus productos no se pueden vender. Los animales del monte que los pobladores suelen cazar están contaminados y su carne no se puede comer. Las tiendas, en comunidades tan aisladas, solo están abastecidas con pocos productos. Y, todos sabemos que “dinero no se come”.

Periódicamente Petroperú, abastece con arroz, azúcar y agua a las comunidades. Y así siguen pasando los días, los meses, la gente no tiene la fuerza para levantar su voz de protesta frente a esta inmensa contaminación.  . El temor de muchos pobladores es también de ser víctimas de venganzas y represalias si se atrevieran a actuar, a denunciar, a decir algo más de lo debido, ya que muchas de las autoridades de la zona han suscrito acuerdos con Petroperú.

Algunos comentan que gracias al derrame por fin el Estado se acordó de ellos, que siempre han sido olvidados y abandonados por parte de los gobernantes.  A la contaminación se suma la ausencia de docentes en varias de las comunidades de la zona. Así de claro: un Estado ausente de sus poblaciones, sobre todo de aquellas de las que más se les explotó sus recursos naturales.


Lo más probable es que el descuido estatal vuelva a ser lo mismo una vez que la emergencia se habrá acabado. Lo que quedará pero por muchos años será la contaminación profunda provocada por el derrame, y la salud deteriorada de la población. Un futuro nada halagador para una zona que dio tanto al país, pero que a la hora de la tragedia, las acciones rápidas y efectivas para minimizar impactos y  salvaguardar la vida de cada uno de sus habitantes y de sus espacios de vida, van a paso lento o todavía no se han hecho.



 

lunes, 6 de junio de 2016

Rumbo al Foro Social Panamazónico 2017

Se está empezando a formalizar una estructura de comités, grupos sectoriales, debates y calendario de actividades en preparación al VIII Foro Social Panamazónico – FSPA, que se desarrollará en la ciudad de Tarapoto, en la región San Martín, desde el 28 de abril hasta el 1 de mayo de 2017.

Ya se están desarrollando encuentros, reflexiones y acciones en camino a este importante evento, y también en Yurimaguas se está creando un comité, y está abierto a todo el que quiera participar activamente.

El Foro Social Pan Amazónico – FSPA, es un proceso de movilización, de debate y propuestas, y es a la vez un evento que busca congregar y articular los movimientos sociales, pueblos indígenas y comunidades tradicionales de los nueve países de la cuenca del Amazonas: Brasil, Ecuador, Venezuela, Bolivia, República Cooperativa de Guyana, Surinam, Colombia, Perú y Guyana Francesa.Por eso es pensando como un espacio de encuentro, inclusión, diálogo y negociación de la diversidad de existencias, sentires, pensares, saberes y trascendencias, con la finalidad de superar desigualdades, exclusiones, y depredaciones capitalistas.

El FSPA tiene como objetivos principales reconocer las culturas; romper el aislamiento de la resistencia popular; el fortalecimiento de la lucha anti-imperialista; desarrollar la autonomía de los pueblos; promover la justicia social y ambiental, para oponerse a los modelos de desarrollo depredadores y perjudiciales para las personas que viven en la Pan Amazonía; así como discutir las alternativas y propuestas que permitan construir la justicia y la igualdad social, sustentada en una democracia participativa e intercultural.


En un sentido más amplio, es un movimiento que crítica el modelo extractivo-colonial impuesto a las poblaciones amazónicas y levanta la bandera de una región Pan Amazónica gobernada por sus pueblos. El FSPA es un espacio autónomo e independiente integrado por movimientos, organizaciones sociales, representaciones de las personas y comunidades.
 

Para los que están interesados a formar parte del comité de Yurimaguas el día sábado 18 de Junio se realizará una reunión a las 9.00 am en las oficinas de la Pastoral de la Tierra con la participación, Roberto Lay, coordinador del comité local en Tarapoto para el Foro Panamazónico. Para mayores informaciones sobre el Foro, su metodología y los temas de debate visiten la página oficial: www.forosocialpanamazonico.com



viernes, 3 de junio de 2016

Georeferenciando los territorios comunales para la titulación

La georeferenciación es la primera y quizás la más importante etapa en el proceso de elaboración de la documentación necesaria para pedir la titulación de una comunidad nativa. 

Los requisitos para presentar el expediente de titulación son los siguientes: georeferenciación, actas de colindancia, censo poblacional, diagnóstico de la comunidad.

La georeferenciación es el posicionamiento con el cual se define la localización de un objeto en un dato espacio. Para georreferenciar un territorio lo que se hace primero es reunir a los comuneros y las autoridades de la comunidad para realizar un mapa parlante donde se colocan los hitos del territorio de la comunidad.

El mapa parlante es un dibujo en el cual los comuneros ponen también toda la información referente a su territorio, como por ejemplo la ubicación de las chacras, de las quebradas y otros recursos naturales, los puntos de mayor interés, etc.. Las informaciones más importantes contenidas en estos mapas son los hitos que definen los límites territoriales con las comunidades contiguas.

Una vez que el mapa parlante está listo se pasa al trabajo de campo para identificar los hitos, o sea que estos sean ubicados correctamente a través del GPS. Esta es la fase propiamente de georreferenciación. En esta fase las comunidades colindantes deben aprobar la demarcación de los hitos. Con estas informaciones reunidas se elaboran los mapas definitivos.Llegados a este punto, la comunidad que quiere titularse y las comunidades vecinas están listas para firmar un acta de conformidad de la georeferenciacióny las respectivas actas de colindancia que ratifican la aprobación.
 
Esta se puede decir que es la parte más laboriosa del trabajo, ya que a menudo las comunidades no coinciden en el momento de poner hitos y linderos y por eso es importante el trabajo de mediación entre las partes involucradas.

Superada esta fase hay que realizar un censo poblacional y un diagnóstico de la comunidad que sirve para recolectar informaciones generales sobre etnia, idioma, costumbres, a que se dedican los comuneros, si hay presencia de animales, que tipo de cultivos se siembran, los recursos naturales, etc..

El Ing. Omar Cárdenas del Área de Ordenamiento Territorial de la Pastoral de la Tierra durante el mes de mayo se ha acercado a las comunidades nativas de Shapajal y Nuevo Progreso, Distrito de Barranca, Provincia del Datem del Marañon para acompañarlas en el trabajo de campo de georreferenciación de los linderos comunales, durante el cual hubo también la presencia de personal de la Agencia Agraria de dicha provincia.


Los expedientes se están elaborando, pero aún faltan algunos hitos que las comunidades colindantes deben definir y ponerse de acuerdo. Lo importante es que las comunidades nativas van en camino de gestión de su titulo del territorio comunal.


El monocultivo de papaya afecta los suelos amazónicos

Visitar las comunidades de la zona del Vicariato Apostólico de Yurimaguas nos permite apoyarlos en sus proyectos de desarrollo, pero también es una manera excelente para darnos cuenta en primera persona de problemas ambientales latentes que  a veces los mismos campesinos no se dan cuenta, y de los cuales las autoridades guardan silencio. Es esto el caso del Monocultivo de Papaya.


En la zona del Bajo Huallaga, así como en otras partes de la Provincia de Alto Amazonas como el Bajo Paranapura, se están extendiendo cada día más los monocultivos de papaya, sin que los campesinos se den cuenta de las problemáticas y el deterioro que estos conllevan a la salud de los suelos.La última visita al caserío de Luz del Oriente, Bajo Huallaga, ha vuelto a poner en evidencia este problema oculto.

El monocultivo afecta profundamente los suelos amazónicos. Los moradores de la zona frecuentemente alquilan sus terrenos a precios muy bajos y con el riesgo de no poderlos utilizar una vez que han vuelto a su posesión, ya que estos quedan improductivos. La dinámica es la siguiente: los papayeros llegan a estas zonas, alquilan una hectárea de terreno por tan solo 500 soles para una campaña (la cual dura alrededor de un año y medio) y utilizan una gran cantidad de químicos.

Los químicos, además de afectar los suelos,con las lluvias se pasan a las fuentes de agua contaminándolas. Estas son las mismas fuentes de agua que los pobladores utilizan para sus cultivos familiares o para tomar y cocinar. Los moradores de Luz del Oriente, así como los de otros centros poblados, todavía parecen no darse cuenta de los riesgos que conlleva con tan solo tener al lado de sus parcelas los monocultivos de papaya.


La papaya necesita nitrógeno para crecer. Por esto los agricultores echan urea a la tierra, que es un fertilizante y fuente de nitrógeno. El problema de este elemento es que contiene también un componente de impureza que causa daño a los suelos, especialmente a aquellos arcillosos típicos de nuestra región. Este elemento “embolsa” los nutrientes del suelo, que se quedan así atrapados, impidiendo que las plantas puedan aprovechar de ellos.

Se crea así un círculo vicioso por el cual el campesino compra más urea a cada campaña, volviéndose dependiente del mercado, con la esperanza que esta ayude a la planta a crecer, cuando lo que hace en la realidad es activar un proceso de acidificación del sueloy no dejar libres los nutrientes ya presentes naturalmente. Se llega a un punto en que para “recuperar” el terreno es necesario realizar un proceso de enmienda o encalado, ó sea de agregar cal al suelo para liberar los nutrientes,lo cual es una actividad muy costosa.

En conclusión podemos decir que los monocultivos son el suicidio del suelo. Y este problema deben concientizar los campesinos para que puedan darse cuenta de esto y busquen otras formas de desarrollo más ventajosas económicamente y al mismo tiempo que provocan menos impactos sobre la tierra y el medio ambiente.



El suelo es como una olla

Durante el mes de Mayo el Área de Producción y Medio Ambiente de la Pastoral de la Tierra ha visitado numerosas familias que están trabajando el tema de agroforesteria y cultivos sucesionales. Los campesinos siguen trabajando sus planes familiares, los cuales son un instrumento muy útil para poder planificar las actividades diarias y tener bien claro cuáles son los objetivos de sus esfuerzos.

El Ing. Engels Padilla en esta oportunidad se ha acercado a algunas de las comunidades ubicadas en la zona del medio Paranapura. Las comunidades involucradas en esta oportunidad han sido: Centro América, Nueva Alianza, Nuevo Pachiza y San Pedro y las familias que han participado han sido 32. Cabe mencionar que estas comunidades, junto con otras más, son parte de una asociación mancomunal inscrita en los registros públicos, la ASOGEDEMEP, Asociación de Gestión para el Desarrollo del Medio Paranapura. En esta zona el facilitador que nos apoya y que acompaña constantemente a las comunidades es el joven Diomar Lancha Fasabi.

Se han dedicado 3 días al trabajo en campo, un día a la evaluación del plan familiar y un día a la capacitación en poda y mantenimiento de la plantación. A nivel de planes familiares algunos ya lo han terminado mientras que otros hasta el momento solo han identificado los objetivos. Según estos niveles se ha trabajado en las parcelas.

Los que participan en el proyecto desde más tiempo ya están cosechando su cultivo principal, que en este caso es el cacao, y a pesar de que todavía no se han alcanzados grandes cantidades de producto, los agricultores ya están muy felices con lo que están logrando cosechar hasta el momento. Poder conseguir este pequeño resultado ya es un éxito y la esperanza es que esto los anime a trabajar más y a mejorar la calidad de su trabajo para poder aumentar su producción y así sobresalir y mejorar sus condiciones de vida.


En los días de actividad en campo los temas específicos que se han debatido con los campesinos han sido: el manejo de suelos, la fertilización, el manejo de las enfermedades deficitarias y los nutrientes del suelo. Lo que se trata de hacer entender a la gente es que el suelo es como una olla, es necesario que esté siempre llena de comida, ó sea de nutrientes, para que las plantas puedan comer, sino estas no van a poder desarrollarse plenamente. Por esta razón se ha explicado a los agricultores como preparar dos tipos de abono orgánico para el suelo: el Sapecho y el Bokashi, el cual estáconstituido, entre otros elementos, de tierra virgen, restos de comida, excrementos de gallina, masato y arena, y necesita 15 días de fermentación para estar listo.

La siguiente comunidad que se ha visitado durante este mes ha sido Luz del Oriente, donde se ha tratado el tema de manejo del injerto. Aquí el trabajo se da con 17 familias y gracias al apoyo del líder comunal Prospero Soberón. Algunos moradores están también construyendo su piscigranja, con la asesoría de la Pastoral de la Tierra; y en la zona del Medio Paranapura todas las familias han sido asesoradas en el tema de piscigranja  y cuentan con este recurso además de sus parcelas agroforestales.



Otra zona en la cual el Área de Producción y Medio Ambiente está acompañando a los agricultoreses el Valle del Zapote. En este sector la gente ya domina el tema de la agroforestería y ahora quieren impulsar la crianza de aves y la construcción de piscigranjas. La visión que ellos tienen desde hace tiempo es llegar a tener un sistema agrosilvopastoril en el cual las gallinas puedan pasear libremente dentro de las chacras y de los cultivos.


En la práctica la labor de los últimos días ha consistido en la construcción de dos galpones en la comunidad de Unión del Zapote. Para lograr eso se han brindado las indicaciones técnicas necesarias en temas de: iluminación, orientación, medidas, comederos, bebederos, botiquín, etc...

Otra comunidad del Valle del Zapote que está siendo asesorada es la comunidad de 25 de Diciembre, la cual recién está ingresando al proceso de capacitación en agroecosistemas y por eso se ha brindado las primeras recomendaciones e informaciones a las familias interesadas para que puedan empezar a modelar su parcela.


Es importante recordar también el aporte técnico de los promotores Rubén Chasquero y Arber Merino, que acompañan a los campesinos en la zona de Barranquita,Provincia de Lamas, Departamento de San Martin, y también durante el mes de Mayo han llegado hasta las alejadas comunidades de San Pablo de Kashimbo y Agua Blanca en el Valle del Zapote para poder capacitar los agricultores en el tema de manejo de fitosanidad en el cultivo de cacao.





jueves, 2 de junio de 2016

El turismo: una alternativa concreta al extractivismo

En nuestra Amazonia abunda la riqueza. Sea esa de flora, fauna, recursos hídricos así como de recursos del subsuelo. Mientras los gobiernos sigan obsesionados en sus proyectos extractivistas considerando que es el rubro que salva al país, algunos pueblos, dado que sienten que sus gobernantes no les atienden, van planteando, desde sus propias iniciativas, modelos nuevos de cómo generar bienestar para su población.

Muchos campesinos y pescadores de las comunidades amazónicas ya se han dado cuenta que la verdadera riqueza de la amazonia está en su biodiversidad, la abundancia de flora y fauna y la belleza del paisaje. Por eso en varias de estas comunidades está naciendo el deseo de empezar pequeños proyectos de turismo rural comunitario, y desde sus primeras pequeñas experiencias, pueden demostrar que se generan ingresos económicos sin afectar al medio ambiente, y más bien contribuyen en poner al alcance de tantos amantes de la naturaleza que llegan desde diferentes partes del mundo.
 
Una de estas comunidades que ha emprendido este nuevo camino es la Comunidad Nativa Cocama-Cocamilla Siete de Junio, que se encuentra asentada en las orillas del maravilloso Lago Lagunas y que cuenta con una variedad de atractivos.  

Los moradores de este lugar de ensueño ya llevan más de un año trabajando en un su proyecto y están empezando a cosechar los resultados de sus esfuerzos.

A solo dos horas de Siete de Junio, en la Boca del Aypena, donde este rio se une al Huallaga, también la Comunidad Nativa de Esperanza está empezando a interesarse al tema. En las aguas que bañan las orillas de la comunidad cada día se pueden divisar bufeos que nadan felices, y esto ya sería razón suficiente para llamar la atención de visitantes y turistas.

Los comuneros se están ahora activando para realizar un diagnóstico de todos los atractivos turísticos presentes en el territorio de la comunidad y, después de un adecuado periodo de capacitación, serán capaces de ofrecer una agradable experiencia a los aventureros y amantes de la naturaleza que ya se acercan al lugar acompañados por parte de las agencias de viaje de Lagunas. Las mismas agencias de Lagunas en los últimos meses han empezado a promocionar como destinos turísticos el Lago Lagunas y la Boca del Aypena, prefiriéndolos a la Reserva Pacaya-Samiria. Eso nos demuestra que estas comunidades tienen un inmenso potencial turístico, todavía inexplorado.

Una comunidad que vive en una zona donde la explotación minera y petrolera se vive en manera marcada es la Comunidad Nativa Awajun de Santa Rosa, ubicada en el Distrito de Manseriche, Provincia Datem del Marañon, a solo media hora de Saramiriza. La comunidad está ubicada en la misma carretera que conecta Saramiriza con Bagua, por eso es de fácil acceso. El pueblo Awajun es una de las etnias nativas de la Amazonía peruana más afectadas por parte de la explotación petrolera con todas sus consecuencias. El oleoducto norperuano pasa solo a pocos metros de distancia de la comunidad. Nada de la riqueza y de los ingresos generados por parte del petróleo ha beneficiado a la comunidad. Pero ellos se están organizando para buscar una forma alternativa de desarrollo.

Con el asesoramiento de la Pastoral de la Tierra en los últimos tres años han podido poner en marcha parcelas agroforestales en las cuales cultivan cacao, yuca, plátano y hortalizas. Los comuneros se dedican también a la crianza de aves y han implementado un vivero forestal. La comunidad está muy unida, enfocada en el proyecto y en lograr sus objetivos y tiene muchas ganas de aprender constantemente nuevos conocimientos. Ahora el nuevo objetivo que se han fijado es crear un proyecto de turismo rural sostenible para aprovechar el potencial de la zona.

A 15 minutos en carro o una hora de caminata desde el centro poblado se encuentra una hermosa catarata que los comuneros quieren aprovechar como recurso turístico. La catarata lleva el nombre de Inchituch en honor a un pájaro de siete colores que habita ese lugar. La propuesta, que parte desde ellos mismos, es de crear un circuito agro turístico que involucre las parcelas agroforestales, la reforestación, un mirador, la toma de plantas medicinales y las varias cataratas presentes en la zona. Incluyendo además en la oferta las vivencia de las costumbres ancestrales que se expresan a través de la gastronomía típica, el infaltable masato y las danzas en vestimentas tradicionales.

Otro lugar con potencial turístico todavía para investigares la quebrada Shishinahua en el Distrito de Santa Cruz, Provincia de Alto Amazonas. Algunos de los comuneros se están dando cuenta de la singularidad del lugar. El paseo en bote surcando el rio Shishinahua regala la posibilidad de admirar maravillosos panoramas amazónicos. Cerca de algunas comunidades como la de Angamos hay cochas donde los animales silvestres son todavía los dueños del lugar, así que con facilidad se pueden avistar lagartos, peces, varias especies de aves y hasta boas. Además la experiencia que el visitante puede tener en este lugar es enriquecida por parte de los cuentos, a mitad entre realidad y fantasía, que los habitantes suelen narrar. Hay toda una serie de leyendas para entretener los visitantes durante los paseos y las noches alrededor de una fogata, como por ejemplo la leyenda de la Sachamama, el Sacharuna, el Ayaymama y otros personajes más. Los comuneros también pueden brindar informaciones más concretas y específicas sobre las costumbres de los animales que pueblan el lugar, como la serpiente Shushupe y cuál es la mejor forma para escapar de su mortal mordedura. Son todas informaciones que dan un valor agregado al producto turístico que se puede ofrecer.

El turismo rural comunitario es un propuesta de desarrollo alternativo, integral y sostenible de nuestros pueblos amazónicos, que algunas comunidades como Siete de Junio han iniciado.



“Se hace camino al andar”









Analizar los síntomas para curar nuestras enfermedades comunales

El desarrollo integral se logra a través de una toma de conciencia de la responsabilidad social de cada uno de nosotros. Para lograr ese resultado son necesarios: la organización, la toma de buenas decisiones, la capacitación y romper los miedos que a veces nos impiden actuar.

Este es solo uno de los temas que se han tratado durante la reunión que el equipo de la Pastoral de la Tierra tuvo el día Jueves 19 de Mayo, con los representantes de comunidades del Valle del Paranapura y Cachiyacu.

La reunión se realizó en los locales de la Parroquia Santo Tomas de Paranapura en San Gabriel de Varadero, donde nos recibieron las hermanas María Luisa y Ana María.

En el encuentro han participado alrededor de 50 entre autoridades, líderes y  agentes pastorales. Este ha sido el primer evento en la cual han podido participar las autoridades de las diferentes comunidades, invitadas por parte de los miembros del equipo de la Pastoral de la Tierra de la Parroquia, conformado en anterior reunión.

Los objetivos del encuentro han sido: identificar las actitudes personales, familiares y comunitarias que sostienen los problemas e impiden los cambios que se necesitan para lograr un desarrollo integral; motivar a desarrollar el diagnostico territorial comunal para generar compromisos de cambio en la población para el desarrollo integral; comprender la importancia de la aplicación y reflexionar en torno los resultados del diagnóstico territorial comunal para futuros acuerdos y acciones de la comunidad

El encuentro se ha empezado con el análisis de que es el desarrollo en su integridad, que es el territorio y la importancia de su protección para tener una vida sostenible. Mientras que un amplio espacio se ha dejado al final de la jornada para que los diferentes líderes pudieran compartir los problemas con los cuales se enfrentan sus comunidades y que les agobia. Algunos de ellos son: la invasión y la explotación incontrolada por parte de los madereros ilegales, los impactos ambientales y la preocupación generada por el proyecto de la línea de transmisión Moyobamba-Iquitos, la protección de las áreas naturales, los conflictos por los límites territoriales entre comunidades colindantes, etc..



Un instrumento útil para identificar las problemáticas que afectan las comunidades, y así entender los síntomas de la “enfermedad” que se sufre es el diagnostico territorial comunal. A través de este diagnóstico se puede dar una nueva mirada a nuestro territorio, para generar conciencia de la riqueza que se tiene pero también para abrir los ojos sobres los problemas que a veces ignoramos y no queremos admitir que tenemos. Por eso el primer paso para poder “sanar” nuestras comunidades y nuestro territorio es tener bien claro cuáles son los problemas y las causas de estos problemas. Lo primordial es ser honestos con nosotros mismos, ya que eso nos ayuda a entender donde está la enfermedad y que se puede hacer para sanarse. De ahí ya será más fácil poder plantear propuestas de cambio y soluciones.


El mismo tipo de reunión con las autoridades comunales se ha dado también en Lagunas el día Viernes 27 de Mayo y en el Valle de Shishinahua el día Lunes 30 de Mayo, y pronto se dará en las otras parroquias que comprende el Vicariato Apostólico de Yurimaguas.