Entonces, ¿qué va a ser de la vida de esta gente? Solo hay que visitarlos para saber de valentía, de fortaleza y de amor por la vida.
Los pobres son valientes y fuertes, porque sostenerse en esas situaciones, como lo están haciendo hasta hoy, hay que tener valor. La solidaridad entre vecinos es interesante. Es una buena lección para los que por las "velocidades del mundo moderno" se acomodan y olvidan que siempre hay un "prójimo" esperando.
Esta valiosa gente, en medio de la escasez comparten, los niños van a la escuela, y le siguen sonriendo a la vida, esperando siempre que el mañana sea mejor.
La inundación no ha matado la vida y la lucha de los pueblos inundados, muy por el contrario, están ahí para decirnos que este país necesita mirar hacia adentro para recuperar su grandeza.